Escrito por Ainhoa Baucells

Mocos en los recién nacidos, consejos para madres y padres

Los recién nacidos presentan un gran desafío para los padres. Tantas cosas nuevas. ¿Esto es normal? ¿Me preocupo por eso otro?

Y dentro de estas preocupaciones siempre nos encontramos con los mocos.

 

Causas de los mocos en recién nacidos

Los recién nacidos de forma fisiológica tienen las fosas nasales muy estrechas. Además, de forma muy habitual regurgitan, y las secreciones de leche se pueden convertir en mocos. Y encima los bebés lloran a menudo, lo que hace que también creen mucosidad.

Estas tres cosas juntas hace que sea muy habitual que un recién nacido tenga mocos. E incluso que esta mucosidad le haga hacer ruiditos como de ronquido.

¿Cómo quitarle los mocos a un recién nacido?

Esto es completamente habitual y normal. Los peques tienen moquetes y hacen ruiditos de vez en cuando al respirar.

¿Y qué hago con estos mocos? Pues nada. Irán y vendrán. Pero mientras al peque no le molesten, no haremos nada.

Como mucho intentaremos alcanzarlos con una gasita o algo parecido. Pero no se recomienda gran cosa. Ni siquiera hacer lavados nasales. Y ni mucho menos succionarlos con aspiradores nasales ni con peras. Simplemente si nos preocupa, acudiremos a un profesional sanitario y entonces ya que ellos valoren.

 

Cuándo preocuparse por los mocos del recién nacido

Pero, ¿y cuándo debemos preocuparnos?

  1. El ronquido pasa a ser constante y/o es un ruido agudo (tipo silbido)
  2. La mucosidad tapona las fosas nasales de tal modo que al niño le cuesta comer. Se nota porque el bebé no puede respirar y comer a la vez. Lo que provoca que esté incómodo o "peleón" durante la toma
  3. La mucosidad hace que le cueste respirar. Lo veremos porque:
    - Respira por la boca constantemente
    - Observamos un aleteo nasal (movimiento de las narinas)
    - El pecho parece hundirse justo abajo del cuello
    - Se le marcan las costillas al respirar
    - Mueve demasiado la barriga con cada respiración
  4. Además de presentar mocos;
    - Come menos o no muestra interés por comer
    - Tiene tos
    - Fiebre ( > 37’5 - 38ºC )
    - Irritabilidad

Ante cualquiera de estos síntomas o si tenemos la duda de que el recién nacido pueda no estar bien, siempre se recomienda consultar a un pediatra. Esto es especialmente importante en bebés menores de 3 meses.

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