Tan a gustito en la bañera...
Al cabo de unas semanas de haber nacido, seguramente vuestro bebé se lo pase de maravilla en el baño. Así que no tengáis prisa y disfrutadlo con él.
No es necesario bañarle todos los días siempre que esté limpito en la zona del pañal y la boca. Lo más conveniente es bañarlo antes de cualquier toma, ya que después de comer le entrará sueño. Es posible que al principio, y más si sois padres primerizos, os de algo de reparo bañarle en la bañera ya que vuestro pequeño parece indefenso, torpe y resbaladizo, sobre todo después de haber sido enjabonado, incluso él puede sentirse incómodo debido a que cuesta sostenerlo dentro. En este caso, podéis optar por darle un baño con esponja durante las primeras semanas hasta que todos os sintáis más seguros.
Es importante que antes del baño os aseguréis de tener todo lo imprescindible a mano: jabón, manopla, toalla, algodón absorbente para la nariz y los oídos, loción, ropita y pañales. El agua debe estar a la temperatura del cuerpo, agradablemente tibia pero no caliente. Sujetad a vuestro bebé de manera que apoye la cabeza en la muñeca, mientras con los dedos de esa mano le agarráis con firmeza la axila. Empezad lavándole la cara con una manopla suave y luego el cuero cabelludo. Eliminad los restos de jabón pasándole dos veces la manopla húmeda por el cuerpo y poniendo especial atención en los pliegues de la piel.