Picaduras de insectos en bebés: cómo prevenirlas y tratarlas
Las picaduras de insectos son uno de los motivos de consulta más frecuentes en pediatría, especialmente en los meses cálidos. En la mayoría de los casos causan molestias leves: habones o
ronchas, picor o pequeñas ampollas que desaparecen solas. Pero en bebés, cuya piel es más sensible y reactiva, pueden generar más preocupación en las familias. Conocer cómo identificarlas, tratarlas
y prevenirlas genera mucha tranquilidad y evita preocupaciones innecesarias.
¿Por qué las picaduras de insectos pueden afectar más a los bebés?
La piel del bebé es más fina y con una barrera cutánea mucho más inmadura que la del adulto. Eso hace que las sustancias inoculadas por los insectos —como saliva en el caso de mosquitos, o veneno
en abejas y/o avispas— generen una reacción más evidente: habones más grandes, enrojecimiento intenso o inflamación prolongada.
Además, otros motivos que los puede hacer más vulnerables, son que:
• Los bebés no pueden espantar insectos, lo que aumenta la exposición.
• Y que, si les pica la zona, se rascan y/o se la tocan más, favoreciendo irritación o sobreinfección.
Un mensaje tranquilizador: aunque las reacciones locales a la vista puedan ser más exageradas, no necesariamente eso implica que sean más graves. De hecho, por suerte, las reacciones alérgicas
severas son raras en la infancia. Y, de aparecer, suelen hacerlo en peques ya sensibilizados tras picaduras de abeja y/o de avispa.
Tipos de picaduras más comunes en bebés
Cada insecto produce un tipo de reacción diferente, y existen infinidad de insectos. Estas son las más habituales en nuestro entorno:
1. Mosquitos
Causan habones rojizos que pican, y en bebés sensibles pueden formarse pequeñas ampollas.
Aunque hay mosquitos que solo pican una vez, muchos otros pueden picar varias veces.
2. Abejas y avispas
Generan dolor agudo inmediato y dejan un habón inflamado. La abeja deja el aguijón clavado (solo pica una vez), y debe retirarse con cuidado. La avispa no deja aguijón y puede picar varias veces.
Aunque pueden provocar reacciones intensas, las graves son poco habituales en niños.
3. Garrapatas
Pueden quedarse adheridas a la piel. En España pueden transmitir enfermedades, aunque su frecuencia es baja. Es importante retirarlas correctamente para evitar dejar restos bajo la piel.
4. Arañas
Generalmente producen una mancha roja con dos puntitos centrales. En España las especies peligrosas son poco frecuentes. Las mordeduras graves son excepcionales.
5. Chinches y pulgas
Las chinches dejan picaduras agrupadas en zigzag, y suelen picar mucho. Las pulgas provocan varias ronchas juntas, de picor intenso y aparición rápida.
Cómo tratar las picaduras de insectos en bebés
En la mayoría de los casos el tratamiento es sencillo y las podemos tratar en casa sin necesidad de valoración profesional:
1. Limpieza
Lavar la zona con agua y jabón, sin frotar fuerte y sin romper ampollas o vesículas.
2. Alivio de síntomas
• Frío local: : reduce inflamación y picor. Importante: nunca pongas hielo directamente sobre la piel por riesgo de quemadura, envuélvelo con un trapo)
• Calamina o barritas de amoniaco: útiles en zonas no mucosas (mirar edad recomendada).
• Evitar rascado para reducir riesgo de sobreinfección (uñas cortas y tapar la picadura si se considera necesario).
• Evitar remedios caseros como orina con barro, saliva, pasta de dientes, alcohol, ajo o barro aplicado directamente, ya que pueden causar infecciones, irritación y reacciones alérgicas.
3. Cómo retirar correctamente un aguijón o una garrapata
Aguijón de abeja:
• Usar pinzas de punta fina
• Agarrar el aguijón por la base y retirarlo sin presionar el saco del veneno
• No rascar ni usar uñas, alcohol, pasta de dientes u otros remedios caseros
Garrapata:
• Sujetar con pinzas finas lo más cerca posible de la piel
• Tirar recto hacia arriba, con presión continua, sin girar ni aplastar
• No usar aceites, alcohol, calor ni esmalte (pueden hacer que libere más material)
• Lavar después con agua y jabón
• Guardar la garrapata en un frasco cerrado por si hubiese que identificarla
4. Medicación
Generalmente no se necesita. Aunque, si el picor es muy intenso o el bebé está muy molesto, el pediatra puede valorar corticoides tópicos o antihistamínicos orales.
Si un niño ha tenido reacción grave, debe llevar autoinyector de adrenalina y estar en seguimiento por alergología.
5. Cuándo consultar al pediatra
Es fundamental acudir a valoración si:
• Aparecen ronchas generalizadas, dificultad respiratoria, palidez, náuseas o vómitos
• La zona se hincha mucho o va aumentando a medida que pasan las horas
• La picadura está en boca, lengua, nariz o párpados
• Aparece fiebre
Cómo prevenir las picaduras de insectos en bebés
La prevención combina medidas físicas, repelentes adecuados y hábitos seguros.
1. Medidas físicas
• Usar mosquiteras o redes protectoras en ventanas y carritos
• Evitar paseos al atardecer cerca del agua
• Ropa de manga larga, algodón y colores claros
• Zapatos cerrados y calcetines altos si se va al campo
• Sacudir la ropa antes de ponérsela si ha estado en el suelo
• Evitar colonias y perfumes
2. Repelentes: cuáles usar y cómo aplicarlos
Los principios activos más eficaces son:
• DEET (evitar en menores de 2 meses, y en menores de 2 años priorizar medidas físicas)
• Icaridina / Picaridin (no evaluada en menores de 6 meses)
• IR-3535
• Citriodiol
• La citronela también es eficaz pero su duración es corta (≈2 horas).
*En bebés, se recomienda priorizar mosquiteras, ropa protectora y evitar los repelentes. Aunque, en zonas con mucho riesgo de transmisión de enfermedades, sí se recomiendan.
No se recomiendan las pulseras repelentes ni los dispositivos electrónicos, ya que no han demostrado eficacia.
En cuanto a la aplicación segura de los repelentes, la forma de aplicarlo es que el adulto debe aplicarlo en su mano y luego en la piel del bebé evitando manos, heridas, piel irritada y zonas que
queden bajo la ropa. Y, al llegar a casa, conviene lavar la piel con agua y jabón para retirar los restos.
Conclusión
La piel del bebé necesita cuidados especiales y productos seguros, suaves y eficaces. Aunque las picaduras de insectos son muy frecuentes en la infancia, la mayoría son leves y se manejan fácilmente con medidas sencillas. Con una buena prevención, un tratamiento adecuado y sabiendo identificar los signos de alarma, podemos cuidar la piel de nuestros bebés con tranquilidad durante todo el año.
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